
Pues a lo que iba: La Consejera ha decidido aprobar cuatro casos de bebés libres de la enfermedad genética de la que son portadores sus padres gracias al diagnóstico genético preimplantatorio (DGP), técnica de reproducción asistida para la que el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla es centro de referencia en la comunidad. Con estos serán ya 17 los bebés venidos a este mundo gracias a esta técnica desde que en el 2006 se aprobó la ley de Reproducción Humana Asistida que lo autorizó. Uno de ellos es el tristemente famoso caso de Javier Mariscal, que nació no sólo libre de la enfermedad genética de sus padres sino también histocompatible con su hermano Andrés, para el que se recolectó su sangre del cordón umbilical al nacer. Ahora, de los cuatro nuevos casos autorizados, dos serán de nuevo similares al de Javier: En estos casos, las patologías genéticas hereditarias son la inmunodeficiencia severa por déficit de adenosín-deaminasa --que provoca infecciones múltiples y severas (bacterianas, virales y micóticas) en los primeros meses de vida-- y la beta-Talasemia --un trastorno hereditario que afecta a la producción de hemoglobina normal y que incluye varias formas de anemia—como era el caso de Javier.
Cómo no voy a alegrarme por que se logre curar a un niño castigado por la naturaleza con una enfermedad tan terrible. Pero no puedo evitar pensar en la injusticia que supone para todos sus hermanos, que son obligados a venir a este mundo de forma indigna, cruelmente examinados a los siete días de vida mediante la extirpación de uno de los blastómeros que lo constituyen y si resultan defectuosos o no compatibles, desechados con el eufemístico nombre de “embriones sobrantes”.
España es uno de los países del mundo más avanzados en su legislación, permitiendo atrocidades como esta. Ello a pesar de que esté en flagrante contradicción con la Declaración Universal de los Derechos Humanos y con el Convenio de Derechos Humanos y Biomedicina, vigente en España desde el año 2000. Ambos documentos prohíben explícitamente la discriminación de ningún ser humano en función de sus genes.
Mª Jesús Montero es una ex militante de la HOAC. De ahí le queda algo de amor por los demás, en especial, por los más necesitados. De hecho en algún sitio he leído que cuando deje de ser Consejera pretende irse a practicar la medicina que nunca ejerció a África, donde siente que puede ser más útil a los demás. Espero que cuando marche para allá por fin comprenda que esos "pre-embriones", como ella los llama, son tan seres humanos como los negritos del África más pobre que ella quiere defender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario