13 de agosto de 2010

¿Quién tiene más derechos: El hijo o la madre?


La religiosa benedictina del monasterio de San Benet, Teresa Forcades i Vila, que además de teóloga también es doctora en medicina, es una religiosa comprometida con las mujeres. En realidad, diría mejor que es una religiosa comprometida con las posiciones feministas desde una posición original que ella denomina “teología feminista”. En octubre de 2009 publicó un video titulado "Campanas por la gripe A" en donde denunciaba lo que a su juicio eran múltiples deficiencias en la gestión de la pandemia de gripe A, criticaba a la OMS, la fiabilidad y seguridad de la vacuna y a los laboratorios farmacéuticos encargados de su desarrollo, a los que denunció por buscar, a través de crear el pánico a nivel mundial, un aumento espectacular de sus beneficios. Hay que reconocer que vistos los resultados, algo de razón tenía esta monja en sus denuncias.

Pero no es de esto de lo que quiero hablar hoy. Me quiero centrar en la particular visión de esta mujer, que se ha manifestado en repetidas ocasiones a favor del aborto y que, como tal, ha sido utilizada por los grupos abortistas como icono para demostrar que incluso desde dentro de la Iglesia hay posiciones que reconocen el aborto como un derecho de la mujer. En este video grabado en Venezuela explica sor Teresa sus argumentos, que a mí me parecen muy pobres. Sinceramente tengo que decir que si una doctora en medicina y teóloga utiliza unos argumentos tan burdos para justificar el aborto, o no ha estudiado nada o no ha entendido nada de lo que ha estudiado. Juzguen ustedes mismos:


La posición de sor Teresa parte de la trasnochada concepción marxista de la lucha de clases, enfocada en este caso, entre hombres y mujeres. Como solución a este conflicto, ella propone la teología feminista, que consiste en devolver la dignidad perdida a las mujeres, haciéndolas tomar conciencia de su valor, aunque ellas mismas no lo quieran aceptar.

En este sentido, se manifiesta a favor de los centros de planificación familiar, que considera una “levadura entre la masa” (así lo define ella) para promover la píldora anticonceptiva o el aborto como la solución para evitar a tantas mujeres situaciones “dramáticas”, que en ocasiones las llevan incluso a la muerte (por llevar a cabo abortos en condiciones poco saludables). Desde su particular perspectiva, lo ideal sería que no hubiera abortos, pero ya que los hay, la solución no es evitarlos, sino legalizarlos para que se hagan de forma segura. Y sin criminalizar a las mujeres. Si dejan ustedes de lado el hábito “particular” que viste esta benedictina (en realidad, del hábito sólo conserva la toca), sus palabras las podría firmar la ministra Aído o Trinidad Jiménez. O cualquiera de las fervientes defensoras del aborto. Pero no. Es una monja. Y sus argumentos en nada difieren de los de los pro-abortistas.

Las mismas opiniones las manifestó en esta entrevista en el programa de TV3, Singulars, en agosto del 2009, donde explica que, debido a que durante el embarazo la vida del feto depende de la madre, Dios le da a la madre la responsabilidad de decidir qué hacer con esa vida: Según sor Teresa, la mujer embarazada, como consecuencia de su derecho a la autodeterminación, tiene la capacidad de decidir sobre la vida de su hijo, ya que depende de ella (?). Parece ser que sus superiores la llamaron al orden. El cardenal Rodé, prefecto de la Congregación para los Religiosos, escribió a la abadesa superiora de sor Teresa para pedirle que la exigiera manifestar públicamente su adhesión a los principios doctrinales de la Iglesia. Así, sor Teresa publicó una nota en la Tribuna del número de octubre de 2009 de la revista Foc Nou (la cual, por cierto, no se caracteriza precisamente por su adhesión al magisterio de la Iglesia), en la que dice una cosa y su contraria, al intentar el difícil equilibrio entre nadar y guardar la ropa. Pueden ver aquí su artículo original en catalán. Para empezar, no desmiente sus palabras en las que se manifestaba a favor del aborto y la PDD, que pueden ver en los vídeos que les he enlazado. Lo que hace sor Teresa es manifestar sus dudas (que justifica porque “ningún católico -sea o no teólogo- debe tener miedo de expresar públicamente dudas razonables en relación a un asunto doctrinal, con la paz y la libertad propia de los hijos de Dios, como quien se siente y se sabe en familia, sin temer ser denunciado o descalificado”), pero aclarando que su duda no tiene nada que ver con el principio de defensa de la vida como don de Dios. Su duda es si puede ser lícito, según la ética católica, violar el derecho de autodeterminación de la madre para salvar la vida del hijo. Según su perspectiva, el derecho a la autodeterminación de la madre es el fundamento de la libertad: Se trata de su particular visión del principio de autonomía del paciente, que da razón de ser a la dignidad humana, en virtud del cual la persona humana no puede ser tratada nunca como un medio para conseguir un bien, por más elevado que este sea. Citando al teólogo Johannes Reiter, afirma que disiente con él en su afirmación de que el derecho a la vida tenga siempre preeminencia sobre el derecho a la autodeterminación. ¿Por qué?, se pregunta sor Teresa Es la misma pregunta que gentes de buena fe se plantean en muchas ocasiones: ¿Por qué el derecho a la vida del niño tiene que imponerse a la voluntad soberana de su madre, que puede ver truncada su vida por ese embarazo no deseado, quizás producido incluso de forma humillante para ella? Sin negarle el derecho a la vida al niño, sor Teresa piensa que la mujer, que ha estado sometida durante siglos al varón, ya es hora de que se libere y pueda tomar sus propias decisiones. Esto, y no otra cosa, es lo que permite dignificar a la mujer, cuando ella asume su autodeterminación sin límites.

Su posición la defiende comparándola con el caso de los donantes de riñón. Según ella, al igual que no se puede obligar por ley a la gente a donar uno de sus riñones, aunque gracias a eso se pudieran salvar muchas vidas de enfermos renales, tampoco se puede obligar a una madre a destrozar su vida llevando adelante un embarazo no deseado, aunque ello implique que la vida del hijo no pueda seguir adelante.

Me permito explicarle a sor Teresa la gran diferencia entre uno y otro caso: En el caso de la donación de riñones, el posible donante no acaba con la vida de nadie si decide no donar sus riñones, incluso aunque conozca al enfermo y aún así no quiera darle un riñón. El enfermo renal muere por no encontrar un riñón compatible. Pero nadie le mata. Por el contrario, en el caso del aborto, la madre acaba directamente con la vida de su hijo al reafirmar su principio de autodeterminación. Si esto se considera aceptable, también lo será que la mujer acabe con la vida de su hijo drogadicto, que le destroza la vida, o de sus padres dependientes, que la impiden su desarrollo profesional o personal, o del marido maltratador, que la veja constantemente, aprovechando el momento en que estos duermen. La autodeterminación de la mujer, que es la clave de su dignidad, está por encima de la vida de nadie. Y todo lo justifica.

Como se puede comprobar fácilmente, cuando no se afirma el derecho a la vida por encima de cualquier otro derecho, todos los demás derechos pierden absolutamente su sentido.

Publicado en Religión en Libertad el 13 de agosto de 2010
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9 comentarios:

javier dijo...

Sor Teresa empieza muy bien: ¿Qué es ser persona? -se pregunta- ¿Qué nos hace personas? Pero no responde a esa cuestión. Y, sin embargo, es la cuestión más importante. El feminismo fracasa cuando reclama para la mujer el derecho a no reconocer la personalidad del hijo.

Agustín Losada dijo...

Sí. Realmente sorprende que empezando tan bien su argumentación, se equivoque tan dramáticamente en sus conclusiones. Su argumento es francamente chusco: Ya que Dios le da a la mujer la responsabilidad sobre la vida de su hijo (porque es dependiente de ella para sobrevivir), según sor Teresa, eso implica que puede acabar con esa vida si así lo decide ella. Porque su derecho a la autodeterminación está por encima del derecho a la vida de su hijo. Cuyo valor no le quita...

Por cierto, si tiene ganas de aprender un poco de catalán, puede ver esta entrevista que le hicieron en TV3. Admire el particular modelo de hábito benedictino: Con toca, chaleco y pantalones. Lo que se dice, adaptado a los tiempos modernos

Marta dijo...

Desde luego... Dios me da la responsabilidad de mi bebé recién nacido (a mi, o a quien sea su ciudador), pero responsabilidad significa : RESPONDER por la vida de esa persona. Por lo que si Dios nos da responsabilidad sobre la vida de nuestros hijos desde antes de nacer, intuyo que también nos pedirá que respondamos en caso de haberlos matado...

Por cierto, la frase "tampoco se puede obligar a una madre a destrozar su vida llevando adelante un aborto no deseado" me parece que contienen una errata ¿no querrá decir "embarazo no deseado"?

Un saludo,

Marta

Agustín Losada dijo...

Tiene usted razón, Marta. Quería decir "embarazo no deseado", en vez de "aborto no deseado". Gracias por su perspicacia, y corrijo la entrada convenientemente.

Agustín Losada dijo...

En un comentario anterior olvidé poner el enlace a la entrevista que le hicieron en TV3, aunque lo he incluido en el artículo. Es este: http://www.tv3.cat/videos/1313539
TV3 lo titula: "Teresa Forcades, una activista con hábito". A cualquier cosa llaman hábito hoy en día...

MARTINA dijo...

Humildemente creo que se ha entendido muy mal en general el término "feminista" ... éste va ligado a la naturaleza de ser mujer cuya vocación es la de proteger la vida, pues nadie más que ella da a luz un nuevo ser.
En ello radica su grandeza.( Sea que tenga hijos propios o acoja a los ajenos )

La Virgen María es modelo de lo que es ser feminista

Anónimo dijo...

Creo que en "Religión en Libertad" han "Baneado" los comentarios firmados "Hypatia" así que no puedo contestarte a "lindezas" como la de motejar de paupérrimos los argumentos que, según dices, comparto con Teresa, y yo añado, con tantas personas que no puedes ni imaginar. Quantitas y qualitas aunadas.

MARTINA dijo...

Plagio , por los niños no nacidos

Rien, rien
¿Dónde están los niños que rien?

Ha llovido. Aún las plazas
están sin flores nuevas. Rien rien
los niños ¿En dónde rién
los niños que ríen

No tengo niños en mi casa
No hay niños que juegen. Rien
El valle está muy lejos . Nada …

Yo no sé en dónde rien
los niños .- rien , rien
los niños que rien


Original .- J, Ramón Jiménez

Cantan. Cantan.
¿Dónde cantan los pájaros que cantan?

Ha llovido. Aún las ramas
están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan
los pájaros. ¿En dónde cantan
los pájaros que cantan?

No tengo pájaros en jaulas.
No hay niños que los vendan. Cantan.
El valle está muy lejos. Nada...

Yo no sé dónde cantan
los pájaros -cantan, cantan-
los pájaros que cantan.

Agustín Losada dijo...

Anónimo:
Supongo que es usted Hypatía, con quien mantengo interesantes debates en lña página web de Religión en Libertad. Ignoro si le han vetado los comentarios en dicha página, en la que yo solo participo como articulista. Si es así, lo lamento, pues soy de la opinión de que los comentarios deben quedar visibles para que los puedan leer todos los que estén interesados y de ese modo saquen sus consecuencias. Yo así actúo en mi blog, a pesar de que en ocasiones he tenido que soportar frases fuera de lugar.
Referente a su comentario, me reafirmo en que las opiniones que usted ha manifestado en varias ocasiones, y que yo le he rebatido innumerables veces, son coincidentes con las de sor Teresa: Ustedes opinan que la madre tiene derecho a decidir sobre la vida de su hijo, porque le afecta a su propia vida de manera esencial. Y que la vida del hijo en su seno es dependiente de ella. Como todavía no se le ve, ni usted ni sor Teresa le otorgan derechos. Y si lo hacen, los supeditan a la voluntad suprema de la madre, quien puede decidir si tienen o no derecho a vivir. Lo he dicho y lo repito, porque es así como usted y ella piensan.

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