25 de mayo de 2010

Derecho a morir dignamente


En España existe una asociación así titulada que pretende facilitar la muerte (sin dolor, por supuesto) a los enfermos que así lo soliciten. Más que facilitar, diríamos adelantar. En sus estatutos explican que estos son sus objetivos:
" ...promover el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla, y defender el derecho de los enfermos terminales e irreversibles a, llegado el momento, morir pacíficamente y sin sufrimientos, si éste es su deseo expreso."
Al menos nadie puede llamarse a engaño. Está muy claro lo que se pretende: Se defiende el derecho al suicidio. Sus promotores son entre otros, el famoso doctor Luis Montes (al que se le morían todos los enfermos de urgencias en el hospital de Leganés), y Fernando Marín (presidente de la asociación de Madrid).

Para ellos, la eutanasia (= buena muerte) incluye aquellas actuaciones que:
a) Producen la muerte de los pacientes, es decir, que la causan de forma directa mediante una relación causa-efecto única e inmediata.
b) Se realizan a petición expresa, reiterada en el tiempo, e informada de los pacientes en situación de capacidad.
c) En un contexto de sufrimiento, entendido como “dolor total”, debido a una enfermedad incurable que el paciente experimenta como inaceptable y que no ha podido ser mitigado por otros medios, por ejemplo mediante cuidados paliativos.
d) Son realizadas por profesionales sanitarios que conocen a los pacientes y mantienen con ellos una relación clínica significativa.
No me lo invento. Lo pueden leer en su página web. Para ellos, siempre que haya un médico que controle el proceso, podemos hablar de eutanasia. Si el médico se limita a suministrar los medios para que el propio paciente se suicide, entonces lo llaman "suicidio médicamente asistido". Que también defienden, porque parten de la premisa de que uno puede decidir cuándo quiere morirse, y la sociedad debe aceptar y ayudar a sus miembros a acabar con sus vidas cuando así lo desean.

Una lectora del blog me preguntaba por una afirmación que hice sobre la muerte: "La muerte no es digna". Lo digo y lo afirmo. El hombre no está hecho para morir, sino para vivir. Todos tenemos un ansia de inmortalidad. Por algo será. La muerte, por tanto, es una frustración de ese ansia humana. Para los no creyentes, pues, la muerte es el mayor de los absurdos, porque contradice el deseo más íntimo del ser humano. En cambio, los creyentes ven en la muerte un paso temporal hacia esa inmortalidad que anhelan. Pero en cualquier caso, es un trance "indigno" por cuanto rompe con esa aspiración universal a ser eterno. Ahora bien, ¿qué entendemos por muerte digna? En mi opinión, nada tiene que ver con acelerar su proceso, sino con procurar que ocurra en unas condiciones de respeto para con el moribundo, que le permitan afrontar su propia muerte con la dignidad propia del ser humano. Ello implica que esté atendido física y espiritualmente, según sus deseos. Que se le proporcionen los cuidados vitales básicos de alimentación, hidratación e higiene. Que se mitiguen los sufrimientos y dolores, aunque ello implique indirectamente acelerar el momento de su muerte. Si no desea medios extraordinarios que prolonguen su vida impidiéndole alcanzar la muerte, que no se le apliquen. Y si los desea, que se le apliquen. Pero con respeto a su autonomía. Lo cual nunca implica colaborar a un desenlace más rápido. Hay que ayudar al enfermo y aliviarle el dolor. Pero jamás se puede colaborar con un suicidio.

Para acabar mi entrada de hoy, afirmo con la Dra. Vila Coro, que no hay muerte digna, sino una persona que afronta su muerte con dignidad.
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10 comentarios:

Juanfran dijo...

Estimado Agustín:
Le tengo por un hombre deliberador, racional y razonable, cargado de argumentos para sus razones.
¿Qué opina de sí mismo cuando lee "doctor Luis Montes (al que se le morían todos los enfermos de urgencias en el hospital de Leganés)" ?
Gracias por su atención y dedicación.

Agustín Losada dijo...

juanfra:
Muchas gracias por sus amables palabras.
La opinión que tengo de mi mismo poco tiene que ver con las palabras que he escrito, y a las que usted se refiere.
Si lo que pretende con su pregunta es afearme la manera de referirme al doctor Montes, le diré que podría haber dicho, para calificarle que, como responsable del servicio de urgencias del hospital de Leganés que fue, y llevado de una falsa concepción del principio de beneficencia, aceleraba la muerte de muchos enfermos terminales. Es decir, que inducía su muerte. O sea, que los mataba, para que quede claro. Hasta tal punto que llamaba la atención las cifras de muertos en urgencias de su hospital por lo desproporcionadamente alta que era respecto a cualquier otro hospital. Y no se le morían por casualidad. Lo que no es casualidad es que este ser humano pertenezca a la asociación DMD, que tiene como fin lograr la legalización de la eutanasia. Llámeme malpensado, pero estoy convencido de que su militancia activa en la causa de la eutanasia era lo que le llevaba a aplicársela a los enfermos a su cuidado.
Podía haber dicho todo esto, y quizás hubiese quedado más claro lo que pienso del doctor Montes. Opté, sin embargo, por utilizar una ironía (me temo que no demasiado fina), lo cual intuyo le ha molestado. Así que le pido disculpas por ello.
Gracias por interesarse por lo que escribo en estas páginas.

Juanfran dijo...

Gracias Agustín por la aclaración y discúlpeme por mi suspicacia ante la ironía, en ningún momento mi pretensión fue afear su actitud, simplemente aclarar la interpretación que yo hacía de sus palabras.

Dejándo a un lado aspectos lingüisticos y refiriendome a los más interesantes (bioéticos), créame si le digo que su postura y la de los responsables de DMD está más cerca de lo que aparentemente podemos pensar, hasta tal punto que creo que a mi personalmente me daría igual que fuese ud., el Dr. Montes o el Dr.Marín las personas de las que dependiera el final de mis días.

Solamente encuentro clara diferencia en que desde DMD apuestan porque las personas puedan: "elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizar la propia vida".

Comprendo su argumentación ontológica de la dignidad humana, pero se me plantean preguntas que no soy capaz de alcanzar a dar respuesta por mi solo, como es la siguiente duda: ¿Qué diferencia (práctica) existe en que una persona decida el momento en que se inicie una sedacción que presumiblemente en corto plazo por el principio de doble efecto le proporcionará la muerte y el caso de una persona que elija el momento en el que se le inocule sustancia que directamente por causa-efecto acabe con su vida tal y como la conocemos?
Gracias de nuevo y un saludo.

MARTINA dijo...

AD( a contrario de PD) : Agustín pasé de " amable lectora " a "una lectora" quizás de ahí " una" a terminar finalmente en "..." , pero no te preocupes que te seguiré leyendo.

............
Por mi ascendencia vasca-francesa voy a seguir el tema de dignidad de la muerte

La frase "La muerte nunca es digna pues es la negación del ser"
yo no entendía en ese contexto, pero lo de la doctora me hace sentido (Vila Coro,: que no hay muerte digna, sino una persona que afronta su muerte con dignidad.)


... la muerte no es un " ente" de la misma forma que " el dolor" no lo es ; en ambos casos es un acontecimiento propio , indelegable a la persona que afecta y es ella quien en definitiva a pesar que intervenga un tercero en contra su voluntad , ej homicidio enfrentaría ese hecho "con dignidad".
No podríamos entonces hablar de muerte digna o indigna pues nadie ha visto a la muerte caminando ni tampoco el dolor. (Es casi un adjetivo del ser )
Yo no puedo sufrir tu muerte del mismo modo que tu no puedes hacerte cargo de la mía ; al menos como simple mortal.
Es el propio sujeto quien se para frente a sus circunstancias que afrenta el hecho de una determinada forma y de ese modo es posible de ser calificado.

Creo que más que inmortalidad , el hombre ( dejando de lado lo espiritual) tiene necesidad de trascendencia , pues como hecho futuro y cierto no es posible ser evadido , y va inscrito en nuestra programación genética ,a lo cual teme y lo sabe inevitable.

PD: CARIÑOS A TU SRA. QUE LO DEBE ESTAR PASANDO MAL POR LO DE SU PARIENTE

Agustín Losada dijo...

María:
No se preocupe. Usted siempre es una amable lectora de este humilde blog. No la voy a bajar de categoría. ;-)

Agustín Losada dijo...

juanfra:
Yo sí creo que mi postura y la de DMD son diametralmente opuestas. Los defensores de la eutanasia defienden que el hombre puede decidir cuándo quiere morirse. Yo opino que no. Voy a decir algo que puede que suene muy fuerte: No somos dueños de nuestra propia vida, en el sentido de que no podemos disponer de ella a nuestro antojo, si eso supone ir en contra de la vida. Nadie puede arrebatarle a uno la dignidad... más que uno mismo cuando actúa contra sí mismo de forma indigna.
Respecto a su pregunta sobre la sedación, le diré que una cosa es aplicar sedación para mitigar un dolor y otra hacerlo para provocar la muerte. Es la intención la que hace diferente un acto que puede parecer idéntico y tener el mismo resultado. Y es precisamente esa intención (cuando es uno mismo quien la ejerce) la que da o quita la propia dignidad.

albert dijo...

Tranquilo, Agustín, que de ésta no te van a dar el Premio Míster Ironías. No te has pasado lo más mínimo. Y tu planteamiento del final de la vida es diametralmente opuesto al que tiene la DMD.
A la luz de tu entrada, se entiende muy bien la terminología de derecho a la vida desde el inicio hasta la muerte natural.
Ha habido tal manipulación del lenguaje, que no se puede entrar al trapo de lo digno y lo indigno. Pienso que lo propio del hombre es dejar obrar a la naturaleza, y que la muerte se acepte cuando llega el momento indicado por la propia naturaleza.
Y en esos momentos, qué es lo más humano? Aliviar el dolor, acompañar, arropar, estar al lado del enfermo. Y la atención profesional de Cuidados Paliativos.

Anónimo dijo...

Hola,

Creo que hablar de morir dignamente es hablar de un tema controvertido y con muchos tabús.
Aquí os adjunto el enlace a un video de una entrevista a un representante de la Asociación Derecho a Morir Dignamente.

Espero que sea de vuestro interés y ayuda.

http://www.europatelevision.com/index.php?video=es/video/canal2/24&c=2&pag=3-0-1

Anónimo dijo...

Por favor, se que no voy a seguir mucho el hilo de la conversación, de hecho a cabo de ver que hacen casi dos años del ultimo comentario, pero necesito hacer una pregunta y necesito una respuesta. ¿Alguien sabe si a una persona que lo solicite esta asociación le proporcionaría un veneno que le causara la muerte? muchas gracias y no os preocupéis no se me pasa por la cabeza hacer nada.

Agustín Losada dijo...

Querido Anónimo:
Ignoro si DMD facilita veneno a quien así lo solicita. Pero dado que su planteamiento de una muerte digna es el de que hay que ayudar al suicidio, si no le dan cicuta será un tranquilizante en altas dosis que provoque lo que el individuo desea. Eso sí, sin que sufra. Para los de DMD eso es una muerte digna.

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