1 de enero de 2010

Acaba de fallecer Mª Dolores Vila-Coro. DEP

Unas breves líneas en homenaje a la doctora Vila-Coro. Vengo del tanatorio donde se ha celebrado esta tarde una Misa en su memoria. Mañana por la mañana será enterrada en Torrelodones. Tras una enfermedad que la iba minando, a las dos horas de arrancar el año 2010 ha volado por fin a la Casa del Padre.
He tenido el privilegio de conocerla desde hace tan solo dos años. Desde la Cátedra Unesco de Bioética y Biojurídica me abrió los ojos a la Bioética. En su Cátedra he estudiado y en ella acabo de conseguir el Diploma de Estudios Avanzados, defendiendo mi trabajo ante un tribunal el pasado 22 de diciembre.
Poco puedo decir para glosar su figura. No me veo capaz, salvo para el agradecimiento por su vida tan fecunda, a pesar de las tremendas dificultades que siempre tuvo. Su obra es tan vasta que me resulta imposible reflejarla aquí. Si quieren conocer algo más de ella, aquí les dejo un enlace a su extenso curriculum.

Hace unos meses estuve en el homenaje que le dedicó la Universidad Francisco de Vitoria. En la foto superior aparece rodeada por varios de sus alumnos (mis compañeros de estudios) y algunos de los profesores de la Cátedra, como el Dr. Nicolás Jouve, la Dra. Pilar Fernández Beites o el Dr. José Ignacio Sánchez Méndez, así como Mª José Villaseñor, la eficaz secretaria de la Cátedra. En ese homenaje, el director del Máster de Filosofía de la Universidad, el Dr. Salvador Antuñano, realizó una impresionante glosa de la figura de la Dra. Vila-Coro. Todos los que asistimos al acto coincidimos en el mismo pensamiento, que compartimos espontáneamente a la salida: Ojalá algún día alguien pudiera decir sobre nosotros al menos la mitad de cosas que las que se han glosado de la Dra. Vila-Coro.
Mª Dolores siempre se mostró muy cariñosa conmigo. En esta foto se la ve conversando en el mismo acto de homenaje con la mujer del Dr. Jouve, junto a mi mujer y a mí mismo. Muchos viernes por la noche, a la salida de clase, caminábamos juntos desde la Gran Vía, donde tenían lugar las clases, hasta mi coche, aparcado en el garage de mi oficina, a unos veinte minutos andando, atravesando el barrio de Chueca, hasta llegar a la calle Almagro. Esos pequeños paseos semanales me sirvieron para comprender la talla moral de esta mujer que nos acaba de dejar. Lo que más le dolía en estos últimos meses era comprobar cómo su cuerpo no la obedecía, y era más una carga que una ayuda. Para ella era la demostración palpable de la existencia del alma, que se debatía con un cuerpo cada vez más consumido por la enfermedad. Se fatigaba al hablar, pero insistió en dejar sus cosas arregladas, consciente como era de que su vida se agotaba. ¡Cómo ha usado las pocas energías que le quedaban para dejar la Cátedra en buenas manos! A todos los que hemos tenido el privilegio de conocerla nos queda el buen sabor de boca de su magisterio y su ejemplo. Desde el Cielo ella ya no necesita dar más lecciones de Bioética. Dios mismo la estará recompensando por sus desvelos de toda una vida. Descanse en paz María Dolores.
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Agustín,
me acabo de enterar por tu blog del fallecimiento de la Dra Vila-Coro. Descanse en Paz. Que el Señor le premie todo el bien que ha hecho y su lucha denodada por buscar la Verdad y compartirla.
Un abrazo a tí también
Daniel García

Agustín Losada dijo...

Gracias, Daniel.
En efecto, de ella se puede decir con justicia que pasó por la vida haciendo el bien y buscando la Verdad. Era una buena persona.

jomamaja dijo...

Llevo impresionada todo el día desde que me he enterado de la noticia. Tengo gratos recuerdos de ella, sobre todo el haberme ayudado con su vitalidad, con su experiencia y consejos que siempre he tomado al pie de la letra, porque entendí que me ayudaba la Providencia a través de ella.

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