El
British
Medical Journal ha publicado un artículo en el que se
explica que los recortes en gasto sanitario realizados en España ponen en
riesgo de desmantelación el propio sistema de salud español. El artículo avisa
que los recortes en materia sanitaria podrían llevar a España a sufrir un
aumento de casos de SIDA y tuberculosis, como de hecho ha ocurrido en Grecia,
debido también al recorte en inversión pública sanitaria al que se vio obligado
el país heleno.
No
me interesa ahora entrar a valorar la exactitud o intencionalidad de las
amenazas lanzadas en el artículo. Porque, en cualquier caso, parece evidente
que en un periodo en el que se impone la austeridad en el gasto se hace preciso
limitar aquellas partidas que tienen una importancia secundaria a favor de aquellas
otras que resulten más críticas. Como se dice en el propio artículo del BMJ, los
recortes en servicios esenciales de salud afectan, no solo al acceso universal
a los servicios sanitarios, sino a la propia calidad de la atención recibida, lo
cual puede provocar además aumento de costes en el largo plazo.
Parece,
por tanto, que en estos momentos es todavía más importante si cabe centrarse en
financiar proyectos de I+D+i que estén avalados por su capacidad de producir
mejoras en el futuro. Y dejar de hacerlo para aquellos otros proyectos que ya
se sepa están condenados al fracaso. Nuestro gobierno, sin embargo, ha decidido
hacer oídos sordos a esta máxima de prudencia elemental y mantener la
financiación para proyectos de investigación que utilicen células madre
embrionarias. Así, el BOE
del pasado día 12 de junio ha publicado una resolución del
Instituto de Salud Carlos III en la que se aprueba la convocatoria de
subvenciones de la Acción Estratégica en Salud 2013-2016, del Programa Estatal
de Investigación Orientada a los Retos de la Sociedad, en el marco del Plan
Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016. Al
referirse a los principios que deben respetar los proyectos de investigación
que opten por la subvención se señala lo siguiente, en el artículo 4.f:
“Los proyectos de investigación que impliquen la utilización de células
troncales embrionarias humanas o líneas celulares derivadas de ellas, así como
los proyectos de investigación que impliquen la utilización de células y
tejidos de origen humano en el campo de la medicina regenerativa deberán
ajustarse a lo dispuesto en la Ley 14/2007, de 3 de julio, sobre Investigación
Biomédica y en el Real Decreto 2132/2004, de 29 de octubre, por el que se
establecen los requisitos y procedimientos para solicitar el desarrollo de
proyectos de investigación con células troncales obtenidas de preembriones
sobrantes, así como al resto de la normativa legal vigente.”
Es
decir, que con la situación de crisis actual, y a pesar de la necesidad de
priorizar inversiones en proyectos que tengan previsión de tener aplicación
práctica, el gobierno mira para otro lado y sigue aceptando financiar proyectos
que investiguen con células embrionarias humanas.
Ya
sabemos que investigar con embriones humanos supone utilizar seres humanos en
estado embrionario como cobayas de laboratorio, lo cual es absolutamente
contrario al respeto debido al ser humano. Porque los embriones “sobrantes” de
las técnicas de reproducción asistida (que nuestra legislación, para acallar su
conciencia, denomina de forma a-científica “preembriones”) son seres humanos como cualquiera de
nosotros.
Además
de un ataque a la dignidad humana, invertir dinero en investigar con embriones
humanos es un despilfarro por dos razones fundamentales:
1. Porque
la investigación con células embrionarias ha demostrado sobradamente su
inutilidad práctica. La idea era buena: Dado que las células embrionarias
tienen todavía mucha de su potencialidad de desarrollo latente, podríamos
utilizarlas para derivar líneas genéticas a partir de las cuales producir los
tejidos que necesitemos. Sin embargo, la realidad es que al cultivarse fuera de
su ambiente (el útero materno) las células troncales embrionarias proliferan
sin control, produciendo teratomas y desórdenes varios. Por eso los
científicos, a nivel mundial, han abandonado completamente su utilización. Hoy existen
en todo el mundo apenas 10 ensayos registrados que utilicen células madre
embrionarias. De ellos, únicamente 2 están pensados con utilidad clínica, para
el tratamiento de la degeneración macular (proyecto, por cierto, en el que ya
fracasó estrepitosamente la empresa Geron hace dos años, y cuyo fracaso le
llevó a tener que abandonar la línea de investigación celular). El resto son
estudios de seguridad, que podrían hacerse igualmente con células troncales
adultas. Frente a ello, hay 4.484 estudios con células troncales adultas, alguno
de los cuales ya ha llegado a producir medicamentos biológicos.
2. Aún
en el supuesto de que las células madre embrionarias resultaran útiles para
algo, una sentencia
del Tribunal de Justicia Europeo de Octubre del 2011
prohíbe patentar cualquier descubrimiento que se base en células madre
embrionarias humanas, al declarar sin posibilidad de error que el cuerpo humano
no es patentable. La sentencia se basa en la Directiva 98/44/CE del Parlamento
Europeo y del Consejo de 6 de julio de 1998 relativa a la protección jurídica
de las invenciones biotecnológicas. El artículo 5 de esta directiva dice
textualmente: “El cuerpo humano en los
diferentes estadios de su constitución y de su desarrollo, así como el simple
descubrimiento de uno de sus elementos, incluida la secuencia o la secuencia
parcial de un gen, no podrán constituir invenciones patentables.” En
sentido parecido se ha manifestado el Tribunal Supremo de EEUU, el cual el pasado
día 13 de junio emitió un dictamen unánime estableciendo que los genes
extraídos del cuerpo humano, o el ADN aislado, no pueden ser patentados. Así
pues, dado que un potencial descubrimiento en el campo de la investigación con
embriones no podría jamás llegar a ser patentado, carece de sentido investigar
en él, porque el dinero invertido en su investigación jamás podría tener
retorno. Incluso los ricos más ricos buscan que sus inversiones produzcan
réditos. En España, como si nos sobrara el dinero, invertimos en lo que sabemos
que no funciona y que, aunque funcionara, jamás llegaría a ser rentable para
permitirnos recuperar la inversión hecha.
Lo
malo es que los políticos responsables de este despilfarro estaban avisados. Y
no han hecho nada para corregirlo.
5 comentarios:
Carmen Mª:
Estoy totalmente de acuerdo con lo que escribes.
¡Ánimo!
Hay un gran campo para profundizar la investigación en células madre, pero se necesitan más recursos de los estados para que los descubrimientos no se terminen patentando y quedando los resultados en manos de unos pocos.
Mercedes, estudiante de biología. Los empleos de las células madres embrionarias y otras permanecen a las derivas por desinformaciones. Como dijo el renombrado científico gahb, las embrionarias sus empleos recomendables para regeneraciones y generaciones menores y pueden ser viables para las medias y mayores con los genes aceleradores de crecimientos u otros. Los empleos de las células madres mesenquimales, superiores ya que pueden inferir para las regeneraciones y generaciones menores, medias y mayores. Las adultas en órganos, etc. específicos, pueden cubrir regeneraciones en otros de diferenciarse o ser activadas mayormente. Etc. Las proteínas de cultivos de células madres embrionarias humanas y mesenquimales, y adultas otros o en combinaciones pueden ser empleadas inclusos para rejuvenecer como recomienda gahb ya que infieren en regeneraciones sobre los tejidos. Totalmente de acuerdo con el comentario anterior de que las patentes frenan los desarrollos científicos. Excelente la web ya que expone los alcances, etc. sobre las células madres.
Mercedes. Se me olvidó comentar que ya por años dilucidado el problema controversial del empleo de las células madres embrionarias y por conversiones, etc. de células.
Alicia. A mi parecer como lo han dichos millares de millares de biólogos, médicos, etc., las células embrionarias pueden emplearse y así las de en etapas iniciales de diferenciaciones.
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