19 de junio de 2011

El Vaticano y las células madre


El Pontificio Consejo de la Cultura ha llegado a un acuerdo con la empresa biotecnológica NeoStem para desarrollar las investigaciones en el campo de la terapia celular. Y en concreto, en las células madre adultas, centrándose en un tipo de ellas: Las VSEL (very small embryonic like stem cells). Estas son unas células madre presentes en la sangre del cordón umbilical y que se comportan como embrionarias, pero sin los inconvenientes bioéticos de las mismas, ya que no hace falta destruir a ningún embrión para poder utilizarlas. La empresa ha creado para este fin la Stem for Life Foundation, y el Pontificio Consejo de la Cultura, a su vez, la Fundación STOQ International (de Science, Theology and the Ontological Quest). La alianza entre ambas busca fomentar la investigación de células madre adultas, explorar su aplicación clínica en el ámbito de la medicina regenerativa y analizar la importancia cultural de esa investigación, sobre todo de sus repercusiones en materias teológicas y éticas.
El acuerdo entre ambas instituciones busca cuatro objetivos:
  • Influir en la opinión pública sobre la utilidad del uso de células madre adultas.
  • Promover los avances en la tecnología de células madre adultas
  •  Organizar programas académicos en universidades y escuelas sobre temas bioéticos relacionados con células madre.
  • Poner al día a los líderes religiosos y entrenar a la futura generación de profesores y líderes religiosos acerca de la importancia bioética del respeto a las células madre embrionarias y la utilidad de las adultas.

Con estos objetivos, STOQ International ha invertido en el proyecto conjunto 1 millón de dólares. Se trata de un plan a cinco años, con opción de renovación. Esto es importante porque es una apuesta, también económica, del Vaticano por empujar los estudios científicos en un ámbito que no solo no impide el desarrollo de La Ciencia, sino que la fomenta. Pero a la vez, respeta al ser humano, protegiendo su vida. Que yo conozca, es la primera vez que un organismo vaticano invierte en un proyecto biotecnológico, como si fuera un Business Angel más, para fomentar el desarrollo de la investigación en el campo de las células madre adultas.

NeoStem tiene operaciones en los EE.UU. y China, donde fabrica medicamentos genéricos. Además de realizar la investigación con células madre adultas, la compañía también permite a las familias almacenar sus células madre para uso médico en el futuro. En particular es destacable su labor de conservar de forma altruista  las células madre de militares y otros profesionales de riesgo, por si pudieran necesitarlas en el futuro. La compañía tiene registrada la tecnología relacionada con un tipo de células madre adultas llamado VSEL, que puede movilizarse internamente y se pueden recoger de la sangre periférica para luego diferenciarse en células de las tres capas germinales. Aunque los beneficios de la tecnología VSEL son aún teóricos, se piensa que podría haber aplicaciones clínicas para la regeneración cardíaca, la degeneración macular, los accidentes cerebro vasculares y la enfermedad vascular periférica en un periodo de tan sólo tres a cinco años.

Las células VSEL, como su propio nombre indica, tienen un tamaño pequeño de entre 3 y 5 micras. Lo interesante de estas células es que expresan antígenos embrionarios y ciertos marcadores de célula germinal primordial. Estas células VSEL se encuentran presentes también en la sangre del cordón umbilical, lo cual añade un interés adicional a su conservación privada. El gran interés de este subtipo celular radica en que conserva la pluripotencialidad propia de las células embrionarias, mientras que al estar presentes en la sangre del cordón y en la sangre periférica, su obtención no requiere la manipulación ni destrucción de embriones.
El Pontificio Consejo para la Cultura tiene previsto realizar un congreso del 9 al 11 de noviembre de este año en el Vaticano sobre células madre. En ella va a intervenir, entre otros,  el Dr. Centeno, quien explicará el uso de células mesenquimales para regenerar huesos en enfermos con problemas de cadera y rodilla.

El tema pone de actualidad de nuevo el supuesto interés científico de las células madre embrionarias. La cuales han demostrado su absoluta inutilidad práctica (además de los graves problemas éticos que suponen la utilización de embriones humanos, con su consiguiente destrucción). La demostración de su nula utilidad se ve fácilmente al comprobar el número de ensayos clínicos que se llevan a cabo actualmente con ellas. En la página web www.clinicaltrial.gov, donde se registran todos los ensayos clínicos del mundo, se citan tan solo 15 estudios relacionados con células madre embrionarias. De los cuales dos son para probar la seguridad del uso de estas células embrionarias en pacientes con distrofia macular, cuatro son en realidad ensayos con células iPS, y el resto no son ensayos con utilidad terapéutica, sino sobre cómo aislar las células embrionarias de manera más eficaz. Por el contrario, existen 3.449 ensayos clínicos relacionados con células madre adultas. La evidencia es abrumadora.
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