26 de mayo de 2011

Opinión del cardenal Rouco sobre el proyecto de ley reguladora de los derechos de la persona ante el final de la vida

El cardenal Rouco ha participado en un desayuno del Foro de la Nueva Sociedad. Se ha explayado con su tema favorito, que es la JMJ. No me extraña, porque va a ser un acontecimiento de primer orden, que seguro va a tener repercusiones muy positivas para la sociedad en general y para muchos jóvenes en particular.


Tras la conferencia, también le han preguntado sobre la ley que prepara el gobierno sobre los derechos de las personas al final de su vida. Y el cardenal Rouco, que no tiene un pelo de tonto, ha dicho que "no ha leído personalmente el texto, aunque sí se lo han trasladado algunos de sus colaboradores y, a la espera de un análisis más detallado, la primera impresión es que no se trata de una ley de eutanasia".

Cuando he escuchado estas palabras me han entrado ganas de revolverme y gritar: "¡Pero es que no se entera! ¿O es que no se quiere enterar? ¿Cómo que no es una ley de eutanasia?" Pero me he calmado, y he vuelto a considerar que el cardenal Rouco no es tonto. Y como dice la madre de Forrest Gamp, si no es tonto, no puede decir tonterías. Así que he releído con cuidado lo que ha dicho, y tengo que decir que tras una atenta segunda lectura, estoy completamente de acuerdo con él. Claro. La primera impresión es que no se trata de una ley de eutanasia. A simple vista, da esa sensación. Pero cuando se lee en ella que se consagra el derecho del paciente a exigir la sedación... entonces se da uno cuenta de que la ley busca colar la eutanasia por la puerta de atrás. De forma sutil.

Aquí están las palabras del cardenal. Las tienen en el minuto 56:49 del vídeo:



La verdad es que algunos jerifaltes del PP ya le colaron a la Conferencia Episcopal en su día su Ley de Reproducción Humana Asistida, con la excusa de que limitaba el número de embriones que se producían... Esperemos que no ocurra lo mismo otra vez. Porque lo de esta ley es tan evidente que hasta Forrest Gump se daría cuenta.
Share

2 comentarios:

José Antonio dijo...

En la sociedad española, existe permanente alarma social con respecto a la producción legislativa o normativa del Gobierno, partidista, del Estado (y por ende del pueblo español). La cosa es tan evidente que huelga el exponer cualquier tipo de demostración sobre la existencia de tal alarma.

Ocurre ahora que un Cardenal de la Iglesia católica ha sido preguntado sobre su opinión sobre un proyecto de Ley en fase de elaboración, y del cual proyecto han sido divulgadas ya algunas preocupantes muestras de su articulado. La respuesta de quien ha sido preguntado y es titular de tan alta dignidad espiritual, ha resultado ser una respuesta evasiva en lenguaje rebuscado, tan de uso común en las confrontaciones políticas ordinarias de bajo nivel, que ni puede orientar moralmente a los redactores del proyecto de Ley, ni puede tranquilizar moralmente a quienes sufran la consecuente alarma social.

¿Qué habría ocurrido si en vez de una respuesta evasiva como la dada, se hubiese dado una respuesta con fundamento teológico y de valor universal; única clase de respuestas que, en general, pudieran orientar moralmente a los legisladores y a las personas alarmadas?

Pues que, de momento, el Dr. Agustín Losada habría visto reducir su alarmada preocupación, y su comentario al respecto podría haber sido más influyente ante los legisladores. Y quien suscribe se habría evitado el doloroso trance de creer estar dando la sensación de que tiene algún reparo que manifestar sobre la labor propia de una alta jerarquía de su Iglesia.

Fdo. José Antonio Chamorro Manzano

Agustín Losada dijo...

Querido José Antonio:
Estoy de acuerdo con usted. Muchas veces siente uno la tentación de andar enmendando la plana a todo el mundo. Ve uno las cosas tan claras... Pero también pienso que en ocasiones se debe tener la humildad de pensar que los que son autoridad actúan con elementos de juicio de los que uno carece. Y aunque parezca imposible de entender, tal vez existan razones que justifiquen una postura que a uno le pueda parecer a todas luces inapropiada.
Hay algunas señales de que, como el Cardenal no es tonto, cuando hace lo que hace, lo hace mejor de lo que lo habría hecho un servidor.
Cuando ocurren estas cosas recuerdo las palabras de Cristo, llamándonos ovejas de su rebaño. Yo quiero ser una buena oveja, estar dentro del rebaño, y dejarme guiar por el pastor. Quiero ir bien arropado por otras ovejas, no sea que por mi culpa, buscando un camino más recto que aquel por donde nos lleva el pastor, me separe. Y lo peor es si me siguen algunas ovejas que se extravíen al seguirme a mí en vez de al pastor.
Es una postura personal, pero que defiendo con fuerza.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...