21 de junio de 2010

¿Es lícito tratar la homosexualidad?

Al hilo del ataque que la Consejera de Sanidad catalana, Marina Geli ha lanzado contra la Policlínica Tibidabo, por tratar de ayudar a que los homosexuales que no están a gusto con su tendencia sexual dejen de serlo, he encontrado estas declaraciones del psiquiatra Joaquín Muñoz, de la citada clínica: "Nadie quiere ser homosexual, le cae encima. Si con una pastilla pudiesen cambiar su orientación sexual, el 99% querría tomarla". Afirmación que me parece incuestionable. No dice que curen la homosexualidad con una pastilla, como han repetido en algunos medios. Dice que si existiera una pastilla que lo curara, muchos homosexuales la tomarían. Es decir, que hay homosexuales que no están a gusto siéndolo, que buscan ayuda y que merecen que se les ayude.
Sin embargo, Geli ha dicho que "no existe evidencia científica que sostenga que la homosexualidad deba ser tratada como una enfermedad, al margen de ideologías personales. No hay que confundir alteraciones emocionales en relación con la vivencia de la propia sexualidad. Los elementos emocionales son parte importante de nuestras consultas psiquiátricas, y a veces pasan por una orientación en entornos familiares y laborales". Es posible. De lo que seguro que no hay evidencias científicas es acerca de la bondad de fomentar los comportamientos homosexuales. Sin embargo, según ha dicho Geli, si se confirma que el centro ofrece terapias reparativas para cambiar la orientación sexual, le impondrá una sanción económica. No se puede ser más incongruente.

Geli ha dicho que "la homosexualidad no es ninguna enfermedad, y la orientación sexual diversa es un derecho de libertad legislado en nuestro país". Y me parece que miente descaradamente. Porque, no es consecuente afirmar el derecho a la libertad de orientación sexual, para pasar a continuación a amenazar con  sanciones a una clínica que fomenta precisamente esto: Ayudar a los homosexuales que no desean tener tales tendencias.
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2 comentarios:

albert dijo...

Es una manifestación clarísima de la intolerancia de los tolerantes. Intolerancia vestida de rosa, que asfixia las libertades de muchos ciudadanos.

Marta dijo...

Otra mala noticia para los homosexuales... Ahora el que tenga ese problema y quiera buscar ayuda no la va a poder encontrar.

¡Qué penita!

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