28 de abril de 2010

El negocio de la fecundación artificial

Tal vez alguno de mis lectores pueda confirmarme si es verdad que la misma empresa que fabrica unos conocidos preservativos es la que también fabrica las tetinas de látex de los biberones. Si falla un negocio, siempre queda otro. Como el caso de Gillette, que harta de competir con el afeitado eléctrico de Braun, compró esta empresa para que sus jefes disfrutaran cada noche soñando cómo, durante las horas de sueño, las barbas de millones de hombres en el mundo estaban creciendo para que sus productos pudieran usarse al día siguiente.

Esto viene a cuento porque hoy quiero hablar de una de las empresas más importantes en reproducción humana asistida (mejor debería decirse "artificial", porque no hacen de maporreros, que yo sepa), que es el IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad). Fundado en Valencia, en 1990, hoy disponen de más de 20 centros en España, Europa y América. En su página web afirman que 1 de cada tres niños nacidos en España por reproducción asistida lo es en sus centros. Estamos hablando de unos 5.000 niños cada año, que no está nada mal.
Su tasa de éxito se sitúa en el 45%, y se están planteando llegar al nivel del 70% con la transferencia de un único embrión y con los mínimos efectos secundarios que actualmente conllevan los tratamientos de reproducción asistida. ¿Cómo lo quieren hacer? Lo han explicado los doctores José Remohí y Antonio Pellicer, fundadores del instituto (en la foto). Se trata de mejorar las técnicas de selección de los óvulos y de los embriones en el laboratorio, con el estudio del genoma del espermatozoide, óvulo, embrión y útero. Así, seleccionando a los óptimos, la tasa de éxito podría aumentar significativamente. El método de evaluación tradicional tiene una capacidad limitada para seleccionar embriones con desarrollo potencial, «por lo que hay una clara necesidad de mejora», como ha dicho el doctor Elkin Muñoz, que es el director del centro del IVI en Vigo. En este centro gallego han nacido ya más 800 bebés desde el año 2005 gracias las técnicas de reproducción asistida. Es decir, que cuando dicen que van a limitar el número de embriones para implantar uno sólo, no es porque no produzcan otros muchos, sino porque a ese que implantan lo seleccionan mejor. El resto siguen siendo embriones sobrantes.
Me parece que eso se llama simple y llanamente eugenesia.
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3 comentarios:

albert dijo...

Eugenesia prenatal, pura y dura. Es horrible que se trate a las personas, seres humanos de la especie Homo Sapiens, como meros productos elaborados en una factoria. Hay que seguir desenmascarando los falsos progresos de estos mercenarios de la ciencia.

Anónimo dijo...

Lo que es horrible es que se nos robe legalmente a las mujeres que tenemos que recurrir a la fiv para poder tener un hijo y lo que es más horrible es que en la época que estamos aún haya personas que piensen que optar por un tratamiento de fiv sea aniquilar a bebés...esto si que es de tener una mente retrógrada y totalmente cerrada.

Agustín Losada dijo...

Sra. Anónima:
Lo que es realmente retrógrado y síntoma de una mente cerrada es que haya mujeres que todavía piensen que tener un hijo es un "derecho" exigible por su parte. Y que cierren los ojos a la evidencia de que al fabricar varios embriones, dejan de lado a muchos de esos hijos que con tanta ilusión traen a la vida para después dejar abandonados, sin posibilidad de llegar a nacer. Es tan inhumano, que solo lo pueden soportar al engañarse a sí mismas, llamando "blastos" a sus hijos congelados. Como si el cambio de nombre les redujera su realidad a la de simple conjunto celular... (que, como tal, es susceptible de manipulación)

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