3 de septiembre de 2010

¿Se realizan abortos o no en el Hospital de la Santa Creu i San Pau de Barcelona?

Resulta, parece, difícil de conocer. El periódico ABC denunció que en el Hospital de la Santa Creu i San Pau, donde dos miembros del cabildo catedralicio (Mons. Joan Benito Tolsau y Mons. Josep M. Turull Garriga) participan de su patronato, se practican abortos. El Obispado no dijo inicialmente ni mú. Supongo que para el cardenal Martínez Sistach es una mala noticia, a dos meses de la llegada del Papa a la ciudad. Pero ante el revuelo mediático que se ha organizado, finalmente han publicado una nota, que no hace sino aumentar la sospecha de que se trata de ocultar lo inaceptable.

Veamos: En este listado oficial del Ministerio de Sanidad se indican los centros que han notificado la realización de abortos (IVE, en su terminología políticamente correcta) en el año 2008. Si van ustedes a la página 200 verán que allí aparece el famoso Hospital de la Santa Creu I Sant Pau. Es decir, que al menos el hospital ha notificado al Ministerio la realización de abortos en sus instalaciones.

El pasado martes 31 de agosto, el arzobispado de Barcelona ha publicado en su página web una nota en la que los dos miembros pertenecientes al patronato del Hospital dicen literalmente lo siguiente:
Ante las informaciones aparecidas en algunos medios de comunicación acerca de la posibilidad de que se hayan realizado abortos en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, el Cabildo de la Catedral desea informar de los siguientes puntos:
1 – El Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona forma parte de una Fundación Privada dirigida por la MIA (Muy Ilustre Administración), cuyo patronato está integrado por dos miembros designados por el Ayuntamiento de Barcelona, dos por la Generalitat de Catalunya y dos por el Cabildo Catedral de Barcelona. La gestión directa del Hospital, desde el año 1990, la lleva a cabo otra Fundación denominada de Gestión Sanitaria del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, con personalidad jurídica propia.
2 – En todo momento los representantes del Cabildo de la Catedral de Barcelona en el Hospital de Sant Pau, se han manifestado a favor de la vida humana desde el mismo momento de su concepción y trabajan para que este principio sea el que rija en las actuaciones del Hospital. Han seguido fielmente en este tema las orientaciones de la moral católica, expresada claramente en repetidas ocasiones a nivel publico por el mismo cardenal arzobispo de Barcelona, Dr. Lluís Martínez Sistach.
3 – En el momento en que aparecieron las primeras referencias a los hechos que nos ocupan, se investigó hasta qué punto se correspondían con la realidad y la dirección del Hospital informó que, de acuerdo con los principios éticos en que se inspira desde su fundación, no se practican interrupciones voluntarias del embarazo, aunque excepcionalmente concurran circunstancias médicas que lleven a actuaciones que puedan tener como consecuencia la pérdida del feto.
4 – El Convenio Institucional de 1990, que rige el funcionamiento del Hospital de Sant Pau, comporta el respeto a los principios éticos y morales de la Iglesia Católica. Caso que alguno de estos principios haya sido vulnerado, se tomaran las medidas oportunas para su cumplimiento.
Mn. Joan Benito Tolsau
Mn. Josep M. Turull Garriga
Miembros de la MIA designados por el Cabildo de la Catedral de Barcelona
Dejando de lado la ridícula mención al aborto como "interrupción voluntaria del embarazo" (¿quién ha redactado esta nota del Obispado, por Dios?), parece que lo que pretende el arzobispado de Barcelona es nadar y guardar la ropa a la vez. Primero intentan dar a entender que aunque el hospital pertenece a una Fundación dirigida por la MIA, en realidad su gestión la realiza otra entidad, la Fundación de Gestión Sanitaria del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Como si eso les exonerara de cualquier posible responsabilidad. Suena al "yo no he sido" de los niños. Luego, en el punto 3 afirman categóricamente que no se realizan abortos (IVE, le llaman). Pero en el punto siguiente dejan la puerta abierta a que tal vez sí se realizan, al afirmar que si acaso se han llegado a vulnerar los principios éticos y morales de la Iglesia Católica, se tomarán las medidas oportunas. ¿En qué quedamos, hubo abortos o no? Como culmen de la ceremonia de confusión, los miembros del patronato señalan que "excepcionalmente pueden haber concurrido circunstancias médicas que hayan llevado a actuaciones que hayan tenido como consecuencia la pérdida del feto". Me parece que con ello pretenden echar tinta de calamar al tema, haciéndonos creer que lo que se reportó como abortos al Ministerio de Sanidad en realidad fueron muertes involuntarias del feto, producto de intervenciones necesarias para salvar la vida de la madre. Nos toman por tontos. ¿Qué se reporta al Ministerio de Sanidad? ¿Es lo mismo para el Ministerio (o el Hospital) un aborto provocado que la muerte de un feto como consecuencia de una intervención sobre la madre? ¿Reportan también como IVE los abortos espontáneos, tal vez?

En mi humilde opinión, si unos señores representan al obispo en una Fundacíón deben estar capacitados para hacerlo. Estos mosenes, que llaman IVE al aborto, que no aclaran si realmente hubo abortos o no, que dicen que tomarán "las medidas oportunas" si finalmente descubren que sí hubo abortos, y que no saben distinguir entre un aborto provocado y una intervención sobre la madre, no abortiva en sí misma, que tiene como consecuencia colateral la muerte del hijo, mejor que se queden dentro de la catedral, revestidos con sus sotanas, mucetas y roquetes, reponiendo las velas y organizando las procesiones litúrgicas. Y que al patronato del Hospital vayan otros que tengan dos dedos de frente.

Por cierto, de la denuncia acerca de que en este Hospital se dispensan píldoras abortivas, ni media mención.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Son muchos los sacerdotes de Barcelona que piensan de ese comunicado lo mismo que usted. Gracias por decirlo.

Agustín Losada dijo...

Gracias a usted, por su comentario. No se trata de tirar piedras contra el propio tejado. Pero este asunto, un mes después, sigue oliendo muy mal. Afortunadamente la presión mediática disminuyó. Pero alguien tendrá que dar cuentas ante su conciencia (y ante Dios) por su tibieza.

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